Sólo cuando me percato
la mirada fijada
de que te alejas,
cuando detengo el flujo
del tiempo y de la vida
parezco encontrarte de nuevo.
Tu silueta entonces
se reconstruye ajena
del espacio y de la prisa,
y yo te veo flamante
casi brillante como un dios.
Sólo cuando del murmullo
de las voces infinitas
la búsqueda en un hilo
acallan,
cuando silencio la vorágine
de lo urbano y la mentira
me renaces todo fuerza
en un impacto vital
tan físico
que olvido todo
lo que no sea de ti.
Tu imagen entonces
toca con sus dedos invisibles
el centro más fatal
de lo tuyo y de lo mío
y recuerdo peligrosamente
mientras me inundo
todo el amor dormido
toda la acallada pasión.
Otra vez tu ausencia
refulge, soberbia,
y yo te miro
y yo comprendo:
que me lo quiten todo
que se muera el mundo
no quiero nada
que no sea de ti.
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3 comentarios:
Pocas contemplaciones hay más hermosas que la que describes :)
PD: ya es primavera en el cortinglés xDDDD
¡Qué pedazo de poema...! En vez de un Seat Ritmo, tuviste que tener un Ferrari con un Ritmo del Diablo...
Dark: Sí, he descubierto que hay que probar de vez en cuando a pararlo todo y dedicarse sólo a mirar y a sentir...
Expunctor: Tuya es la contemplación...
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