17/10/09

Responso en verde esquivo

Verde de verde vida
e infame verde ninfa,
a quien el verde engaño
brotó la verde mano
de verde florecida,
mientras el verde canto
verdeaba su semilla
de verde envidia erguida,
al fingir su verdura
de falsa verde cuna
y verde sometida.

Arenas & Ed.Expunctor

9/10/09

Poética

Voy a inventar una teoría
que hable de alejamiento.
Que explique lo literario,
el poema,
a través de la ausencia,
a través de la huida y de la falta.
Que platique con su sombra,
que resulte de la brillante autopsia
de un examen hambriento.

Dejémonos de estructuras,
de ritmos que construyen,
de couplings y de criaturas.
Es la lejanía.
La distancia con el objeto.

No es la palabra.
No es la lucha lingüística.
No el poeta contra o con la forma.
Ni siquiera con la idea.
Menos todavía el concepto.

Olvidemos los paralelos.
Los centros y las periferias,
la insistencia o el énfasis en tal o cual verso.
Es la separación.
El abandono del sujeto.

Me río del rapto.
De la noche.
De la torre.
Del círculo
y del cuadrángulo.

Releguemos la intuición,
al lector, al crítico y al químico.
¡Desterremos al poeta!
No es suya la fuerza,
no es dueño de nada
ni siquiera del poema...

¡Pobre de mí!
Yo, que soy poeta.
Yo, que, por la noche,
en mi habitación de cuatro vueltas
escribo y borro
escribo y tacho.
Yo, que, si hay tormenta,
si el cielo es gris,
si me engulle la sombra,
escribo y lloro.
Yo, que le hablo al silencio.

¡Pobre de mí!
Encerrada en este cuerpo
de dedos, brazos y pies.
Constreñida por músculos,
huesos y entrañas.
Y que imagino unas alas
que nunca tendré.
Yo, que giro y giro
que trago saliva
que me escabullo
por los renglones,
escribo y embisto
escribo y traiciono
escribo…, ¿o emborrono?

3/10/09

Memoria selectiva

A veces olvidamos,
si ello es posible,
que no somos importantes
que somos prescindibles
que el viento de la ausencia
borrará por completo
nuestras huellas.

Y, ¿por qué el ansia de serlo?
¿Por qué la angustia constante?
El miedo, la náusea.
Somos sustituibles.
Somos una marea,
que quiere romper
que quiere perdurar.

A veces olvidamos,
barrenando nuestro yo mismo,
que salimos del fango
que del barro vivimos…
Y nos negamos
y nos hundimos
y luego nos levantamos.

Pero solo mentira.
Sólo ilusión.
Sólo apariencia.
Sólo la triste presencia
de tu desnudez,
— igual a todas las demás—
que te ata, que te quema.

A veces, olvidamos
(o deseamos)
que no somos excepción
que nacimos repetidos
que de la muerte confirmación
y del olvido estampa viva.